miércoles, 22 de junio de 2022

68. Mary Wortley Montagu, la pionera olvidada de la inoculación de la viruela

 

Mary Wortley Montagu con su hijo Edward

Aunque todos atribuimos a Edward Jenner el descubrimiento de la vacuna contra la viruela, lo cierto es que, muchos años antes, cuando Jenner ni siquiera había nacido, hubo una mujer que extendió por Europa la práctica de inocular a niños y jóvenes con pus de enfermos para inmunizarles frente a esta enfermedad. 

Mary, nacida en 1.689,  fue la hija mayor de Evelyn Pierrepont, primer Duque de Kingston-upon-Hull, que había sucedido a su hermano como quinto Conde de Kingston-upon-Hull cuando Mary tenía un año de edad. Más tarde, su padre recibió los títulos de Marqués de Dorchester y elevó a Ducado su título original, siendo bautizado en Covent Garden. Su madre, que murió siendo ella aún niña, era hija de William Fielding, tercer conde de Denbigh. El padre de Mary no prestó mucha atención a su educación, pero Lady Mary fue animada a emprender estudios autodidactas por Gilbert Burnet, obispo de Salisbury.

Mantuvo una estrecha amistad con Mary Astell, luchadora por los derechos de la mujer, y con Anne Wortley Montagu, nieta de Edward Montagu, primer conde de Sandwich. Mantuvo con Anne una animada correspondencia. No obstante, las cartas de Anne solían ser copias de escritos de su hermano, Edward Wortley Montagu; y tras la muerte de Anne en 1709 la correspondencia entre Edward y  Mary continuó sin intermediarios. El padre de Lady Mary, ahora Marqués de Dorchester, se negó a consentir un matrimonio entre ellos, al negarse a vincular sus bienes a un posible heredero. Cuando Lord Dorchester insistió en otro matrimonio para su hija, Edward y Mary se fugaron en 1712. Los primeros años de matrimonio de Lady Mary Wortley Montagu pasaron en la vida retirada en el campo. Su marido era miembro del Parlamento inglés por Westminster desde 1715, y poco después fue nombrado Lord Commissioner del Tesoro. Cuando Lady Mary se reunió con él en Londres, pronto su ingenio y belleza la convirtieron en una destacada figura de la corte. En 1716 Wortley Montagu fue nombrado embajador ante el Imperio Turco. Lady Mary le acompañó en su viaje, en el que tuvieron oportunidad de pasar por Viena y Adrianópolis antes de llegar a la propia Constantinopla. La embajada fue breve, y fue llamado de vuelta en 1717, pero el matrimonio permaneció en aquella ciudad hasta 1718. La historia de este viaje y sus observaciones de la vida en Oriente se cuentan en las Cartas de la Embajada Turca, Turkish Embassy Letters, una serie de cartas vivaces y llenas de descripciones gráficas; se suelen considerar como inspiración de las siguientes viajeras/escritoras y también de buena parte de la producción artística que se engloba en el concepto de orientalismo.

Lady Mary, en la época en la que 
su marido fue nombra-
do embajador en Turquía
Durante su estancia en Turquía, Lady Mary (que en su propia piel mostraba las cicatrices de la viruela, y había visto morir a su hermano por ella) se fijó en la costumbre de las mujeres turcas y trajo a su vuelta a Inglaterra la práctica de la variolización como profilaxis contra la enfermedad. Hizo inocular a sus propios hijos, y se enfrentó a los poderosos prejuicios que había contra tal práctica; de modo que fue precursora de la vacunación, que de modo científico pondría en marcha en 1796 Edward Jenner.

Existe un grupo de mujeres ancianas especializadas en esta operación. Cada otoño, en el mes de septiembre, que es cuando el calor se apacigua, las personas se consultan unas a otras para saber quién de entre ellos está dispuesto a tener la viruela...Soy lo bastante patriota para tomarme la molestia de llevar esta útil invención a Inglaterra y tratar de imponerla.”

La técnica descrita consistía, básicamente, en inocular a los voluntarios con pus de enfermos en cuatro o cinco venas abiertas. Lady Montagu había observado la eficacia del método y llegó a probarlo en su propio hijo Edward. A su regreso a Inglaterra, usó sus influencias y sus dotes de persuasión y llegó a convencer a la esposa del futuro rey Jorge II para inocular a su hijo. No fueron estos los únicos monarcas seducidos por el exótico método importado de Oriente: la influencia de Mary Montagu llegó a la corte francesa gracias a la aprobación del rey Luis XV y en Italia toda la familia real de Nápoles fue vacunada en 1777. Mary Montagu no fue una científica en el término más estricto, pero estudió los efectos de la inoculación a través de dos ensayos clínicos: uno con seis condenados a muerte en la prisión de Newgate y otro con varios niños de un orfanato de Westminster. Gracias a esta suerte de experimentos fue como su método se empezó a difundir –y a salvar vidas– por toda Europa.

Lady Montagu fue una mujer excepcional que vivió como quiso sin temer juicios, represalias ni escándalos. Desheredada de la fortuna familiar debido a su apasionado matrimonio, años más tarde se separó y se fue a vivir a Venecia con su nuevo amante, una relación que tampoco prosperó. Fue independiente, se rodeó de intelectuales, escribió, viajó y defendió los derechos de las mujeres. Se dice que, antes de morir en 1.762, a los 73 años, a consecuencia de un cáncer de mama, sus últimas palabras fueron: “ha sido todo muy interesante”.

No se publicaron ediciones académicas de sus obras hasta la segunda mitad del siglo XX:

- The complete letters of Lady Mary Wortley Montagu, 3 vol.s, editado por Robert Halsband, Oxford: Clarendon Press, 1965-67.

- Romance Writings, editado por Isobel Grundy, Oxford: Clarendon Press, 1996.

- Essays and Poems and Simplicity, a Comedy, edited by Isobel Grundy, Oxford: Clarendon Press, 1977, revised 2nd 1993.

Yen España las Cartas desde Estambul no aparecieron hasta 2.017