La historia de esta mujer merece una película, o al menos una miniserie de media docena de capítulos. Si algún mandamás de Netflix lee esto, le cedo graciosamente la idea.
Suzanne La Flesche nació el 17 de junio de 1865 en la reserva de los indios omaha de Nebraska. Suzanne era medio indígena medio blanca, como sus padres, Mary Gale y Joseph La Flesche.
Su padre, Joseph La Flesche, también llamado Ojo de Hierro, era indio ponca con ascendencia franco-canadiense. Fue educado en St. Louis, pero regresó a la reserva como un hombre joven y se identificó como culturalmente Omaha. Fue adoptado por el jefe joven Elk en 1853, quien lo eligió como su sucesor, y La Flesche se convirtió en el principal dirigente de la tribu Omaha alrededor de 1855.
Su madre, Mary Gale, era la hija del Dr. John Gale, un cirujano blanco del ejército estacionado en Fort Atkinson, y de Nicomi, una mujer de estirpe omaha-Oto-Iowa.
Sus padres quisieron evitar que Susan sufriera discriminaciones y por ello no le pusieron un nombre omaha ni le hicieron los tatuajes tradicionales en el rostro. Aunque su madre solo hablaba la lengua de los omaha, su padre y sus hermanas la animaron a que usara el inglés para comunicarse. Por ello, Susan hablaba con fluidez las tres lenguas: omaha, francés e inglés.
Foto familiar de Susan |
En 1889 se graduó con la nota más alta y consiguió un puesto del gobierno con el que volvió a la reserva de Omaha para iniciar su labor como profesora en la escuela que le había sido asignada. Fue la primera mujer nativa americana en ocupar el cargo. Hasta entonces, no había ni un solo médico en la reserva donde malvivían los indios Omaha.
Allí debía enseñar a sus alumnos reglas básicas de higiene y salud. Pero Suzanne dedicó también muchas horas a visitar a enfermos en sus hogares de la reserva. Después de largas jornadas de trabajo extenuante, terminó cayendo ella misma enferma. En 1893 decidió darse un respiro y retirarse un tiempo a la vez que se hacía cargo de su madre que también estaba enferma.
En 1894 se casó con Henry Picotte, un indio de la tribu de los sioux con el que tuvo dos hijos. Después de ser madre, todo el mundo esperaba que Suzanne se retiraría definitivamente de su trabajo como maestra y doctora pero ella decidió de nuevo saltarse las normas sociales y optar por continuar trabajando.
Suzanne fue la primera y la única, la médica de todos, en los días y en las noches, sola en la nieve y en el sol”, escribe Eduardo Galeano. Se hizo tan popular, que los que estaban enfermos pedían su ayuda, en lugar de pedírsela a un doctor blanco. Se convirtió en la única doctora en una reserva de cerca de 3.500 kilómetros cuadrados. A menudo tendría que recorrer muchos kilómetros a pie para llegar a sus pacientes. Por todo ello recibía un sueldo de 500 dólares anuales, la decima parte que un médico del ejército o de la marina.
Además de cuidar de los enfermos, Suzanne dedicó mucho tiempo a la concienciación social de la importancia de la prevención y la higiene, sobre todo en enfermedades como la tuberculosis que acabaría con la vida de muchas personas en la reserva, entre ellas su propio marido, en 1905. Defendió la limpieza, el aire fresco y la erradicación de las moscas domésticas, que se creía que eran los principales portadores de la tuberculosis. Fue también una gran impulsora de la lucha contra el alcoholismo, problema que vivió en su hogar, con un marido alcohólico.
Cuando Suzanne enviudó en 1.905, se tuvo que enfrentar a muchos problemas burocráticos para poder heredar las tierras de su marido. Una situación a la que se enfrentaban muchos indios americanos que veían peligrar, a menudo, sus derechos. Sensibilizada también con este problema, llegó a asesorar a los miembros de la reserva y a viajar a Washington para entrevistarse con los miembros de la "Office of Indian Affairs" para intentar mejorar la situación de los indígenas. Argumentó que el papeleo innecesario y la burocracia no eran más que una carga adicional sobre el pueblo omaha. Una prueba más de que la Oficina de Auditoría los trataba como niños y no como ciudadanos dispuestos a participar en una democracia. Suzanne continuó trabajando en nombre de su comunidad hasta el final de su vida.
Además de cuidar de los enfermos, Suzanne dedicó mucho tiempo a la concienciación social de la importancia de la prevención y la higiene. Fue capaz de combinar la medicina aprendida con la sabiduría heredada, las terapias de la universidad y las recetas de sus abuelos, para que la vida de los omaha doliera menos y durara más.
Luchadora incansable, Suzanne La Flesche dedicó toda su vida a los demás. Hasta que su cuerpo, aquejado de una enfermedad crónica desde pequeña que le hizo sufrir multitud de dolores a lo largo de los años, se apagó. El 18 de septiembre de 1915 fallecía a causa de un cáncer de huesos.
Ella fue mucho más que una doctora de la reserva, fue también una consejera, una confidente, y un símbolo de la esperanza para los Omaha. Fue una feroz defensora de la salud pública y reformadora social. Promovió prácticas de higiene que salvan vidas, como la eliminación de vasos compartidos y la instalación de mosquiteras para evitar insectos portadores de enfermedades.
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FUENTES:
Mujeres con ciencia, Blog de la Universidad de País Vasco:
Nos queda la palabra, blog de Agustina Pérez
Ahoramismo.com: Susan La Flesche Picotte: 5 datos curiosos que tienes que saber
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