jueves, 15 de abril de 2021

35. Margaret Lindsay Huggins, la astrónoma que fotografió las estrellas

 


Margaret Lindsay Murray (su nombre de soltera) nació en Dublín en 1848. Su padre, abogado, enviudó cuando ella era pequeña y se volvió a casar. Según la necrológica que le dedicó la revista de la Real Sociedad Astronómica Canadiense, Margaret fue educada en casa y desde pequeña sintió interés por las áreas científicas, especialmente por la astronomía, aunque otras fuentes indican que debía ese interés a la influencia de su abuelo materno, un banquero de buena situación económica. Solía basarse en viejos atlas del cielo para estudiar las constelaciones desde su jardín. A los 10 años y armada con un pequeño telescopio se dedicó a estudiar las manchas de la superficie solar. Además le gustaba experimentar con juegos de química y logró dominar las incipientes técnicas fotográficas de la época.

En 1875 Margaret se casó con William Huggins (ella tenía 27 años y él 51), que ya era un conocido astrónomo, y ambos se beneficiaron de esa alianza, también científicamente: él compartió con ella sus conocimientos, que ella deseaba ampliar, y ella colaboró en sus investigaciones justo cuando él había empezado a encargarse del observatorio de Tulse Hill de la Real Sociedad Astronómica británica y empezaban a surgir algunas críticas porque se le hubiese encomendado esa tarea a un investigador solo.

Es habitual leer que ella fue una asistente entregada y servicial, pero en realidad fue mucho más que eso a raíz de los cuadernos de investigación que llevaban y la correspondencia entre ambos. Tras su matrimonio, ella se involucró enseguida en el trabajo del observatorio y eso cambió totalmente el tipo de trabajo que se hacía como su organización. Las escuetas notas de él se convirtieron en detalladas descripciones, pero además, las fotografías se convirtieron en una forma habitual de registrar lo que hasta ese momento había sido pura observación descrita. Las habilidades previas y el interés de ella fueron gran parte del impulso que puso en marcha el programa de investigación fotográfica de Huggins.

La primera publicación dedicada a la fotografía espectral publicada en base al trabajo del observatorio de Tulse Hill apareció en la revista Proceedings of the Royal Society a finales de 1876 y William Huggins aparecía como su único autor. Ambos llevaban casi 15 años casados cuando por primera vez aparecieron ambos como coautores de una publicación, pero aunque todas las anteriores sobre sus logros fotográficos no la mencionaban, sí queda claro en los cuadernos que ambos mantenían que las habilidades fotográficas de ella estaban detrás de estos avances y de esta nueva vía de investigación y observación astronómica.

En sus anotaciones las referencias a la fotografía y sus técnicas son constantes y detalladas, diferenciando a menudo sus trabajos y resultados de los obtenidos por su marido. En muchas de ellas hace referencia al diseño de experimentos, a qué mediciones registrar para comprobar uno u otro parámetro, a cómo adaptar los instrumentos para aprovechar su potencial según lo que quisiera comprobar. En concreto, el verano de 1876 pareció pasarlo experimentando con distintos tipos de placas sensibles para captar imágenes. Tenía un agudo sentido de la innovación e hizo importantes mejoras en el equipamiento del observatorio que pronto pusieron a los Huggins a la vanguardia de la astrofotografía espectroscópica.

Ambos trabajaron juntos durante más de 30 años como colegas de investigación, aunque la imagen histórica de ambos es la del científico y su asistente. Sin embargo, en una carta que ella escribió a un conocido tras la muerte de su marido en 1910 se aprecia su deseo de reconocimiento por un trabajo que fue mucho más compartido de lo que siempre se pensó: “Pienso en esta pensión como un honor hacia él, aunque también es honorable hacia mí y, humildemente espero, habérmela ganado en estos 35 años de trabajo muy duro. Ninguno de vosotros sabe cómo de duro trabajamos aquí nosotros dos solos, sin ayuda”.

Junto con su amiga y también astrónoma Agnes Clerke, fue elegida en 1903 miembro honorario de la Real Sociedad Astronómica, una distinción que solo otras dos mujeres previamente habían obtenido. Falleció en Londres en  1915.


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