sábado, 24 de abril de 2021

37. Patricia Bath, ". . . y los ciegos ven"

 


Fue una niña afroamericana nacida en Harlem; su padre era un inmigrante de Trinidad, el primer hombre negro autorizado a manipular maquinarias pesadas en la construcción del metro de la ciudad, su madre, descendiente de esclavos negros, fue ama de casa mientras sus hijos fueron pequeños, después trabajó en el servicio doméstico para ahorrar y conseguir que sus hijos tuvieran estudios; según las estadísticas, Patricia era una persona con muy pocas posibilidades de triunfar en la vida. Sus padres le regalaron, cuando era pequeña, un juego de química y un microscopio y eso despertó su curiosidad y sus ganas de aprender. Y lo consiguieron, pues pronto comenzó a sentirse realmente interesada por todas las ramas de la ciencia. Era también una buena estudiante, por lo que pudo obtener durante su época de adolescente una beca de la National Science Foundation que le permitió continuar sus estudios y realizar un exitoso trabajo de investigación que más tarde le valdría el Premio al Mérito de la Revista Mademoiselle.

Gracias a sus recién estrenados éxitos, además del esfuerzo de sus progenitores, pudo obtener primero el Bachiller Universitario en química y más tarde la carrera de medicina, en la Universidad de Howard. Después de licenciarse se mudó a California, donde se convertiría en la primera mujer afroamericana en ejercer como cirujana en su hospital universitario. Además, pasó a ser la primera oftalmóloga del Instituto de los Ojos Jules Stein, de UCLA.

Bath recibió el Bachelor of Arts en química del Hunter College de Manhattan en 1964. Se trasladó a Washington D. C. para asistir la Universidad de Medicina Howard College para recibir su doctorado en 1968. Durante su tiempo en Howard, fue presidenta de la Asociación Médica Nacional Estudiantil y colaboradora de los Institutos Nacionales de Salud y el Instituto Nacional de Salud Mental.

Fue interna en el Hospital Central de Harlem, posteriormente sirviendo como especialista en la  Universidad de Columbia.​ Viajó a Yugoslavia en 1967 para estudiar la salud infantil, observando que la práctica de cuidado de ojo era desigual entre minorías raciales y la población pobre; posteriormente percibió la mayor incidencia ceguera entre sus pacientes negros y pobres.​ Decidió que abordaría este asunto, y persuadió a sus profesores de Columbia para operar a pacientes ciegos, gratuitamente, en el Hospital Central de Harlem, el cual no había ofrecido hasta entonces cirugía ocular.

Bath fue pionera en todo el mundo en la disciplina de "oftalmología comunitaria", desarrollada por voluntarios, que facilita los cuidados oculares necesarios a las poblaciones desfavorecidas. Fue residente en oftalmología en la Universidad de Nueva York entre 1970 y 1973, siendo la primera afroamericana en este rol.

Uno de los grandes trabajos que debemos agradecer a Patricia Bath es su preocupación por la salud de los ojos de las personas con menos recursos. Observó que en las comunidades más desfavorecidas de Estados Unidos se producían problemas de visión derivados de causas que podían prevenirse a través de la educación, la divulgación y la implicación de los servicios públicos sanitarios. Fue así como cofundó en 1970 el Instituto Americano para la Prevención de la Ceguera, una organización sin ánimo de lucro que defendía la visión como un derecho básico del ser humano.

El año 1981 marcaría un antes y un después en la vida de Bath. En ese momento comenzó a trabajar en su invento más reconocido: el ultrasonido Laserphaco (Laser PHotoAblative Cataract surgery). A lo largo de más de un lustro se enfrascó en la construcción de una herramienta que permitiera debilitar, de forma menos dolorosa, la capa rugosa y externa de las cataratas. Esto permitió que el procedimiento fuese mucho más preciso y acelerado. Patricia recibió la patente de su invención en 1988. Con ella, se convirtió en la primera mujer afroamericana y médica en obtener esta clase de registro para una aplicación en materia de salud. A lo largo de su carrera, conseguiría otras cuatro patentes de inventos.

Además, se convirtió en pionera en una nueva disciplina, llamada oftalmología comunitaria, que la llevó incluso a atravesar las fronteras de su país natal y viajar varias veces a países como Pakistán,  Nigeria o Tanzania, donde ayudó a tratar la visión de sus habitantes. También publicó 100 artículos de investigación y dedicó parte de sus años de trabajo a la divulgación de la oftalmología, así como a dar charlas a jóvenes interesados en la medicina, la ciencia y la tecnología. Incluso después de retirarse de la medicina siguió dando charlas y conferencias.

A principios de 1993, la doctora Bath decidió retirarse. Pasó entonces a formar parte del equipo honorario de Centro “Jules Stein” y la UCLA. Ese mismo año fue reconocida como Pionera de la Academia de Medicina de su alma máter en Washington D.C. Con el tiempo y el deterioro de su salud, decidió mudarse a San Francisco para estar más cerca de su hija y nieta. Allí murió el 30 de mayo de 2.019, a los 76 años, a causa de un cáncer de pulmón que padecía, aunque todavía decía tener muchos proyectos pendientes.

Yo, particularmente, le estoy agradecida por la sonda Laserphaco, que inventó y perfeccionó. Tanto mi padre como mi madre fueron operados de cataratas por este método sin dolor, casi sin molestias ni postoperatorios complicados y eso les evitó la ceguera en su vejez.

 FUENTES:

- Patricia Bath,  Wikipedia   

- Claudia Alemany: Patricia Bath, de Harlem a la Academia. Mujeres con Ciencia.

- Azucena Martín: La vista como derecho fundamental: el legado que nos deja tras su muerte Patricia Bath. Hipertextual.

Patricia Bath, inventora de un laser para las cataratas. Huellas de mujeres geniales.


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