La historia siguiente es de superación, tristeza y ambición. Es la historia de Sophia Brahe, la famosa asistente de astrónomo, pero también la de una mujer que siempre miró hacia delante.
Sophia Brahe nació en 1.556 el seno de una familia noble de Knudstrup (Escania, entonces Dinamarca), siendo la hija menor de la familia. Desde temprana edad, demostró gran pasión por las estrellas. En 1566, a la edad de 10 años ya auxiliaba a Tycho en sus observaciones astronómicas. Su hermano Tycho, tuteló sus enseñanzas, y pronto mostró su inclinación por la química, la horticultura y, sobre todo, la astronomía. Aunque la familia mostró rechazo hacia los estudios de su hija pequeña, Tycho Brahe la tomó como asistente en 1573. Sophia no pudo ir a la universidad, que entonces solo aceptaba varones, por lo que se formó de manera autodidacta (acudiendo a bibliotecas) y consiguió que sus padres le pagaran clases particulares de matemáticas, química, medicina, horticultura y genealogía. Probablemente estudiaría también latín y griego, pues el latín era la lengua en que se escribían las obras científicas. Su hermano, al ver como adquiría conocimientos, la tomó como asistente siendo aún una adolescente, casi niña. Hasta su matrimonio, Sophia trabaja con su hermano en el observatorio del Castillo de Urania (Uraniborg) en la isla de Hven y colaboró en la redacción del catálogo donde se detallaba la posición de los planetas y el fondo estelar, y que sirvió a Johannes Kepler para anunciar sus leyes astronómicas.
Sophia Brahe contrajo matrimonio en 1577 con Otto Thott, pero enviudó pronto (1588) dejándola con un hijo. Heredó de su marido una vasta superficie de fincas en Escania (Suecia) que convirtió en foco de sus ingresos al dedicarse de lleno a la horticultura. También comenzó a trabajar en química (entonces llamada alquimia) creando medicamentos espagíricos que comercializaba entre la clase alta escandinava.
En 1590, volvió a comprometerse con un amigo de su hermano, Erik Lange. Sin embargo, antes de casarse cayó en la ruina, rompió el compromiso y desapareció hasta que en 1602 se reencontraron y se casaron. Nuevamente, Sophia enviudó en 1613. En los últimos años de su vida abrazó una nueva disciplina: la genealogía. Murió en Elsinor (Dinamarca) en 1.643.
Sofía y Tycho fueron los primeros en conocer la posición exacta de los planetas en el siglo XVI. Compilaron un catálogo de las posiciones planetarias durante varias décadas. Este catálogo constituyó el conjunto más correcto de datos uniformes de la situación de los planetas con referencia al fondo estelar de su tiempo.
Sofía Brahe llegó a ser una leyenda no solo de su tiempo, sino también de las actuales universidades danesas y europeas las cuales utilizan sus crónicas como un arquetipo de su metodología ejemplar en el área de técnicas de investigación. Sin embargo, muchos de los descubrimientos realizados por Sofía, le fueron atribuidos a Tycho.
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