Con 13 años, recibió una beca de admisión para una escuela secundaria especializada en Matemáticas y Ciencias Informáticas. Para ello tuvo que mudarse sola a Zagreb donde comenzó a vivir en una casa para adolescentes tutelada por el estado.
Gracias a la formación recibida en esa institución fue fácilmente admitida en la principal universidad del país. Ahí tenía el objetivo de licenciarse en Física pero, poco a poco, sus intereses se declinaron hacia la Geofísica.
Después de graduarse, consiguió un puesto en la escuela de verano del Laboratorio de Propulsión del Instituto de Tecnología de Pasadena, California (conocido popularmente como CalTECH). Ahí pudo estudiar asignaturas relacionadas con los procesos microbiológicos y sedimentos antiguos en rocas, para lo que pasó dos años en la Universidad de Harvard como estudiante de una iniciativa postdoctoral en microbiología. Sus méritos le valieron un puesto en el Departamento de Tierra, Atmósfera y Ciencias Planetarias del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) donde desde 2007 es profesora del Programa de Geología, Geoquímica y Geobiología.
Desde esa posición, la experta también ha mantenido activa en cuanto a la investigación experimental. Una de las principales incógnitas que busca responder es cómo los procesos microbianos dejan señales químicas, minerales y morfológicas en las rocas.
Su laboratorio se basa en enfoque de procesos biogeoquímicos modernos para interpretar la evolución de la vida y el medio ambiente a lo largo del primer 80 % de la historia de la Tierra. Ahora, los resultados de esas pesquisas sirven de mapa para tratar de identificar pistas de un desarrollo similar en Marte. Posee el premio Subaru a la Mujer Sobresaliente en la Ciencia 2007. y también la medalla James B. Macelwane 2.011 de la AGU (Advancing Earth and Space Science) . La medalla es por "contribuciones significativas a las ciencias geofísicas por un destacado joven científico".)
El Perseverance poco antes de aterrizar |
Pero, ¿cómo? A través de la recolección de muestras de rocas y del suelo local. Un potente taladro especializado se encarga de tomar las pruebas que luego son almacenadas en tubos sellados. Luego, al terminar sus tareas, Perseverance emprenderá el regreso a la Tierra, acompañada de los elementos recopilados.
Tanja Bosak es una de las científicas que espera, con grandes expectativas, el retorno de esas colectas. La geobióloga se incorporó al proyecto investigativo tras presentar su candidatura a Return Sample Science on Mars 2020 (Regreso de muestras científicas de Marte 2020). Tanja también es una activa motivadora para sus estudiantes. A través de su iniciativa, el Laboratorio Bosak, ha servido de inspiración a numerosos jóvenes. Esa labor también le ha valido algunos galardones dentro del MIT. Mientras espera el retorno del robot Perseverance, Tanja sigue en su laboratorio o dando clases en las aulas del MIT, Perseverance avanza en su recorrido. El pequeño rover tiene todavía un largo viaje por delante. La espera no importa. Habrá valido la pena cuando el robot y la científica por fin se reúnan para analizar las pistas de una posible vida marciana.
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