domingo, 5 de julio de 2020

8. Y, por fin, una gaditana: Alejandrina Gessler de Lacroix

Retrato de Madame Anselma. Museo de Cádiz.


Pues sí, Cádiz también vio nacer a mujeres con merecimientos suficientes para ser conocidas y honradas. Alejandrina Gessler nació en Cádiz el 22 de abril de 1.831. Era hija de  Alejandro Gessler, cónsul general de Rusia en España, y Aurora Shaw, dama malagueña  descendiente comerciantes irlandeses y escoceses de una distinguida familia andaluza. Recibió en Cádiz las primeras lecciones de Dibujo y Pintura. En el domicilio familiar se encontraba una importante colección de cuadros que irían acrecentando su vocación artística que, lejos de ser ignorada, fue alentada por sus progenitores. Con ese motivo emprendieron con ella en 1852 un viaje artístico por Europa para visitar los principales museos de Madrid, París, Londres, Berlín y San Petersburgo.

Un año después, con 22 años,, contrajo matrimonio con el diplomático francés Carlos Lacroix, a quien había conocido de vicecónsul de Francia en Cádiz, fijando su residencia en París, donde asistió a las clases que Chaplin, Gérome, Baunat y Lefevre impartían en la Academia Libre y a la que acudieron también algunas de las llamadas Grandes damas del impresionismo. A partir de este momento su evolución estilística, partiendo de un clasicismo en la composición y en las figuras, evoluciona hacia una soltura técnica y un perfecto dominio del oficio logrado mediante la copia de cuadros importantes de los grandes pintores.

En 1863 expuso por primera vez en el Salón de París, lo que haría desde entonces con regularidad, principalmente con cuadros de escenas religiosas, retratos y composiciones alegóricas. Un crítico dijo de ella, con el habitual paternalismo con que se hablaba de las mujeres pintoras: No pinta como una mujer, pinta como dos hombres.

En 1871 volvió a Cádiz, interesándose por los Carnavales y la Semana Santa, motivos que incorporó a sus pinturas.

Los baños árabes. Fiesta de natalicio en Tánger.
Museo de la Real Academia de Bellas Artes. Madrid.
   Al año siguiente emprendió un viaje a Tánger que le sirvió de inspiración para pintar temas marroquíes, como Natalicio en Tánger o Niño árabe. En el camino de regreso a París pasó por Madrid, donde realizó dos excelentes copias de los cuadros de Velázquez Las Hilanderas y Las Lanzas, que se encuentran en el Museo de la Academia de la capital de España.








Adoración de la Cruz, Jueves Santo. 
Museo de Cádiz
   En 1871 fue nombrada académica supernumeraria en la Academia de Bellas Artes de Cádiz, institución a la que donó su obra La Adoración de la Cruz, tras ser premiada con una Medalla de Oro en la Exposición de Bellas Artes organizada por la Academia gaditana en 1883.









   Para completar sus conocimientos artísticos, Alejandrina Gessler emprendió en 1881 un viaje por las principales ciudades de Italia, producto del cual pintaría un año más tarde una representación de la diosa Juno, cuadro por el que recibió una mención honorífica en la Exposición Universal de París de 1889.

Juno


   La artista gaditana cultivó también la pintura decorativa, destacando dos trabajos. El primero fue un techo dividido en tres paños representando La Tierra y Las cuatro estaciones que decoraba el salón principal de su palacio en París y que posteriormente donó al Museo de Bellas Artes de Cádiz. (1).

Techo del Salón del Ateneo de Madrid,
obra de Madame Anselma
   El segundo, realizado en 1891 por encargo del Ateneo de Madrid para decorar el techo de la gran sala central, lo constituyen tres grandes paneles que representan respectivamente a La Elocuencia, La poesía y la Ciencia y La Verdad y la Ignorancia. Como muestra de agradecimiento, la Junta de Gobierno del Ateneo la nombró en mayo de ese mismo año miembro de honor y un mes más tarde la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando le otorgó los honores de académico correspondiente en París. En ambos casos, las distinciones eran la primera vez que se le concedían a una mujer.

Desde 1895, fecha en que su marido enfermó, prácticamente dejó de pintar hasta su muerte. Agradecida como estaba por el reconocimiento que su obra tenía en Cádiz, dispuso en su testamento que varias de sus obras, así como algunas pinturas de la colección familiar, fueran destinadas al Museo de Bellas Artes de su ciudad natal.

Fue una mujer de gran cultura y gran aficionada a la literatura. Escribió diversos trabajos entre los que destaca el libro Recuerdos de Cádiz y Puerto Real. 1841- 1850, fechado en París en 1898. Para escribir usó el seudónimo Fulana de Tal, mientras que para pintar firmaba como Madame Anselma.

   Se ignora el paradero de otras obras. En el Museo de la Real Academia de Bellas Artes en Madrid se conservan dos buenas copias de Velázquez: Las hilanderas y La rendición de Breda. Recientemente fue identificada como de su autoría  una copia de Van Dick  Retrato de Algernon Percy, Décimo Conde de Northumberland, con su esposa y su hija, de1873, Obra encargada por Ministère de l’Instruction Publique, des Cultes et des Beaux Arts para el Musée des Copies de Paris y que ahora se conserva en el  Musée de Gap (Hautes-Alpes).

--------------------------------

(El salón de actos de la Academia de Bellas Artes de Cádiz se llama Madame Aselma y está decorado con las telas que decoraba su salón parisino, gracias all legado que la pintora dejó en su testamento.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario